Cuando te sucede algo que marca un antes y un después en tu vida, algo que desencadenase en los que muchos expertos podrían llamar "trastornos de la conducta" y que , sin embargo, nosotros lo llamamos simplemente "tristezas", te das cuenta que muchos de tus miedos o temores actuales nacieron de aquel , hoy, recuerdo. Y es cuando pones barreras a cualquier emoción que en un futuro pueda recordarte ,la más ínfima sombra de aquella situación.
Pues bien, después de todo aquel esfuerzo , un buen día descubres que tras esas barreras existían pequeños y mínimos huecos por donde todos estos años han ido penetrando a tu cabeza y tu corazón emociones que pasaban desapercibidas y que ahora son demasiado tarde para ignorarlas. Emociones que por su fuerza, sabes que algún día el daño que te causen serán impredeciblemente dolorosas.
La vida al fin y al cabo es una espiral de alegrías y sufrimientos.
Y , somos nosotros mismos los que desechamos las posibles ocasiones de felicidad. Quizás sea para evitar ese sufrimiento.
Irónico ¿ no ?.
Cuando los causantes de tus "tristezas" son tus familiares o tus amigos más cercanos es cuando comienzan esos miedos y temores en tu cabeza porque sabes que ellos son los que te pueden crear tristeza o felicidad. Dependes de ellos. No literalmente, pero sabes que tu mundo se derrumbaría si ellos no estuvieran.
Es triste pensar que eso es así. Es triste que tu ego reconozca que depende de otros.
A veces, saco el valor y me imagino empezando desde cero en cualquier parte del mundo. Luego, miro a mi alrededor y sé que...
Nos aferramos a nuestras almas gemelas. Por suerte, guardo buenos recuerdos de todas las almas gemelas con las que he compartido partes de mi. Y no han sido muchas, aunque si , fueron y serán en el recuerdo, muy importantes y queridas.
Saqué una pistola y disparé ... (8)
No hay comentarios:
Publicar un comentario